miércoles, 15 de junio de 2011

Hazme lo que quieras


Retenme, átame a la cama, tápame los ojos, hazme lo que quieras.

Muerde mis pezones, desliza tu lengua por mi vientre, hasta rozarme por encima de la ropa interior, hoy no me la saques.

Toma mi cabeza y úsala, fóllame la boca, sin verte, sólo quiero escuchar tus jadeos.

Aléjate, déjame sola, que no pueda moverme, y vuelve, pronto, soy tuya, hazme lo quieras.

Ponme de espaldas, recórrela, mis piernas, juega entre mis glúteos, pero no con mi botón.

Muerde el interior de mis muslos, acaricia mis corvas, la parte interior de mis brazos.

Vierte aceite templado sobre mi espalda, masajea mi cuerpo, sube y baja por él, párate en cada latitud de mi globo terráqueo, en cada recoveco...

Y allí, donde Greenwich y el Polo Sur se cruzan, vierte más aceite y prepara mi recoveco más privado.

Córrete, ahí, en el rincón más privado de mi anatomía.

Córreme, así, sin tocar mi botón.

Hazme lo que quieras, soy tuya.